4 de abril de 2014

Mochila

Cada uno de nosotros, sabiéndolo o sin saber, cargamos nuestras mochilas. A medida que crecemos se va poniendo más difícil cargarla. Ojo, que no dije "crecer" como sinónimo de juntar años. Crecer como proceso por el cual vamos atravesamos momentos que nos van dejando marcas. Ya que alguno puede haber crecido a los diez, a los veinte o a los treinta años..., o nunca haber crecido...
Cada mochila puede estar mas o menos pesada, también podemos cargarla solos o tener alguien que nos ayude a cargar. Así como también podemos ayudar a cargar mochilas ajenas, o podemos, queriendo o no, agregarle carga a otra mochila.
Con que la cargamos? Con muchas cosas, algunas lindas otras feas... Pero aquellas cosas que hacen que la mochila nos frene, nos quite el aire, creo que son los miedos. A veces nos encontramos con personas que nos ayudan a sacarle a nuestra mochila unos "kilos de miedo", por ejemplo, y otras que nos cargan la misma aún mas.
A veces somos nosotros mismo los que no dejamos de cargarle cosas, a veces son los otros que insisten que carguemos demás.
La verdad que últimamente comencé a ver que tengo en la mochila, y trate de ver si todo lo que tenia ahí dentro me pertenecía. No la siento súper cargada, tampoco va vacía. Pero independientemente a veces se me hace muy difícil seguir... a veces me gustaría solo parar...

4 comentarios:

  1. yo siempre he sido una rebelde y nunca me apeteció cargar con mochilas alguna... pero la vida esta es muy puñetera y me colgó una muy grande!! murió mi padre y me tuve que hacer cargo del negocio familiar y de mi madre... para el remate me dieron caza y me casaron y tuve hijos... y ahora soy una maruja rara, una madre antinatural y una esposa a la que no le van demasiado las ordenes y en fin.... aquí estoy sobrellevándolo.... jajajaja

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    1. Y si, la vida no da tregua, aunque nuestra idea sea ir livianos como el viento, se empecina son cargarnos de cosas, será cuestión de saber manejar la carga :)

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  2. El humano es tan zopenco! Se pone de todo en la mochila, creyendo que nunca le va a pesar. Al final uno tiene que vaciarlas, traicionandose a sí mismo por haber prometido que llevaría esas insólitas cargas

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    1. No se traiciona, uno si se da cuenta que la carga es absurda, no es traición quizás hasta todo lo contrario. Es ser valiente... (se lo extrañaba por estos lares)

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Y los que encuentran, comentan